Por Helí Herrera Hernández.
Llevo varias semanas, donde quiera que me paro en la ciudad de Xalapa, Veracruz, escuchando las quejas >por decir lo menos<, que la sociedad en general hace contra el presidente municipal de la capital del Estado, por el terrible y desquiciante tráfico que hay desde hace meses, mismas que han arreciado en las últimas tres semanas, y tiene al borde de una crisis de nervios a más del 80 por ciento de sus pobladores, no solo a los que tienen automóviles, sino inclusive a los que van en el transporte público.
Horas-trabajo que a diario se están perdiendo, por el caos que las obras, que sin ton ni son ha emprendido don Ricardo Ahued Bardahuil, que demuestran una nula planificación de las mismas, y que les guste o no a sus amigos y simpatizantes, del otrora popular exalcalde, exsenador y exdiputado, le están generando severas críticas de todos los sectores sociales, que antes lo defendían a capa y espada.
“Pero es que mira, cuando ya estén terminadas, Xalapa se verá más bonita y quizás sean más rápidas sus vialidades, considerando que Xalapa es la ciudad per-cápita con más vehículos en el país”, les llevo diciendo a los que me comentan sus odios a los embotellamientos que por doquier hay, y ni eso calma sus enojos.
He sido testigo de varios enfrentamientos verbales, y por lo menos 7 físicos, entre automovilistas que sufrieron algún percance a sus autos por los mismos, o ya porque se llegaron a calentar y descomponer, y empeoraron el ya de suyo caótico tráfico que sí, causa rabia y desesperación, y más, con los y las automovilistas de mecha corta.
¿Qué acaso no pensó Don Ricardo en ir poco a poco reconstruyendo las vialidades que necesitaban reparaciones, a sabiendas que aun operando todas, el tráfico en la capital, de suyo ya era difícil? ¿No tiene asesores en tráfico, especialistas en movilidad, que lo orientaran sobre cómo hacer el menor daño posible a las decenas de miles de automovilistas, que a todas horas tienen necesidad de trasladarse a sus empleos? ¿Por qué no solicitó a expertos que lo orientaran sobre cuales obras eran urgentes para hacerlas, y más tarde, cuando ya estuvieran esas listas, iniciar las menos necesarias, y de esa manera no perder el capital político que tenía ganado, desde que era un ciudadano común y corriente, luego como priísta y más tarde como MORENISTA?
Han llegado a comentarme (lo digo a sabiendas que don Ricardo no forma parte de esos pillos que llegaron con MORENA a enriquecerse vilmente, muchos de ellos parientes no solo del gobernador, sino de los miembros de su gabinete), que se puso hacer obras por todas partes, debido a que son sus constructoras las que las están realizando, y de esa manera enriquecerse, comentándoles de manera franca, que ni tiene necesidad, ni es constructor, y que más bien, en su afán de paliar el terrible tráfico en Xalapa, perdió la visión del beneficio mayor, y no vio el enojo social que generaría tal decisión.
¡Salió peor el remedio que la enfermedad! Y júrenlo, por lo que se palpa en los embotellamientos, en los comentarios en las casas, en las escuelas, y hasta en las iglesias, que miles le cobraran al nuevo partido de don Ricardo, la ira que traen y que se alimenta todos los días, desde que salen de sus casas-trabajos, o cuando llegan a ell@s.
Es la vox populi.