Por: Ambrocio López Gutiérrez
EL REACOMODO ELECTORAL
Ante una hipotética polarización ideológica, los partidos políticos, las organizaciones sindicales, las centrales agrarias y las organizaciones patronales preparan trincheras, unos para convalidar la hegemonía de MORENA en el ámbito nacional, ganar gubernaturas, congresos y alcaldías para la izquierda y otros buscan formar un frente que devuelva a los conservadores al poder que han ido perdiendo. De acuerdo con frecuentes afirmaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, las fuerzas de la libertad están firmes en palacio nacional y las fuerzas conservadoras están al acecho, a través del FRENAA, PAN, PRI, PRD, MC, COPARMEX, CCE para intentar el año entrante tener mayoría en la cámara federal de diputados como un supuesto inicio hacia el poder absoluto que ejercieron durante décadas endeudando al país y privatizando lo que pudieron beneficiando a familiares, compadres y amigos.
Al conglomerado de la derecha mexicana que pretende disminuir el caudal electoral de la izquierda habría que sumar a los gobernadores “federalistas” cuya influencia ha disminuido considerablemente considerando sus bajos niveles de aceptación en sus respectivas entidades. Parece que el tamaulipeco Francisco Javier Cabeza de Vaca ha desistido de ser aspirante presidencial panista porque los problemas de la entidad crecen y parece que su equipo no es capaz de resolverlos limitándose a culpar a la federación por las carencias materiales. Jaime Rodríguez Calderón sólo desea concluir su período en Nuevo León sin que lo metan a la cárcel y su grado de desesperación llega al colmo cuando culpa a Benito Juárez por la falta de desarrollo neoleonés. El chihuahuense Javier Corral Jurado se enredó en el conflicto del agua y tardará para quitarse el estigma de chantajista que puso en riesgo las relaciones con el vecino del norte. El jalisciense Enrique Alfaro enfrenta también cerrada oposición en la entidad y se mantiene solamente gracias al apoyo de Raúl Padilla, eterno líder de la Universidad de Guadalajara. Los gobernadores ingobernables tienen su última esperanza con el eje conservador que harán los partidos políticos tradicionales con los empresarios resentidos.
En ese contexto, Tamaulipas habrá de seleccionar los abanderados de los distintos partidos y se da como un hecho que habrá dos frentes, uno encabezado por MORENA y el otro por el PAN. Con todo y alianza el único que podría obtener algunos beneficios sería el panismo ya que PRI, PRD y MC se están desdibujando en la entidad y un ejemplo podría ser el joven diputado victorense que se pasó al blanquiazul y que ahora quiere ser alcalde de Victoria lo cual se complica porque los victorenses están más desconfiados que nunca porque fueron traicionados por destacados miembros de la clase política local como Xicoténcatl González Uresti (quien hundió al municipio y fue premiado con una subsecretaría en el gobierno panista), Óscar Almaraz Smer, exalcalde que vendió su alma al diablo y otros de menor importancia como César Saavedra Terán y Gustavo Rivera Rodríguez quienes no tuvieron ningún problema de conciencia para dejar de ser tricolores y uniformarse de azules confirmando la existencia del PRIAN.
Algunos de los cuadros más valiosos de la clase política tamaulipeca engrosaron las filas de MORENA y aliados (la tampiqueña Olga Sosa, el mantense Javier Villarreal, el victorense Felipe Garza Narváez y muchos más quienes ahora esperan participar en los comicios del año entrante. En charla telefónica con este columnista, el médico FGN no duda para aceptar que los partidos que integran la nueva alianza conservadora están en franca descomposición, especialmente el PRI cuyos representantes prefirieron los privilegios gubernamentales antes de fortalecer la estructura permitiendo la llegada de improvisados al comité nacional lo cual generó una lluvia de renuncias al antiguo partido en el poder y muchos de ellos, los más profesionales, con vocación de servicio, se pasaron al lado de AMLO. Algunos como Felipe no ingresaron a MORENA pero firmaron un compromiso público adhiriéndose a la plataforma que llevó al tabasqueño a la presidencia de la república hace alrededor de dos años.
FGN no dice a qué aspira el año entrante pero está convencido de que podría servir a la entidad y al país desde cualquier trinchera y para ser congruente, tal como lo pidió el presidente de la república, renunció a la representación de la Secretaría de Gobernación en Tamaulipas. Reconoció que ya es un adulto maduro, que ya ocupó repetidas ocasiones cargos en los poderes ejecutivo y legislativo de Tamaulipas pero que está dispuesto a aportar su experiencia ganando elecciones (entre sus triunfos está haber ganado tres ocasiones el mismo distrito de Victoria cuando competía por el PRI). En nuestra conversación, el exlegislador local y federal afirmó que quien quiera competir para seguir ocupando espacios deberá demostrar, capacidad política, lealtad a la causa de la 4T y cercanía con los ciudadanos. En el caso de los aspirantes a la gubernatura manifestó su respeto por ellos, sin embargo, advirtió que quien sea postulado por MORENA y sus aliados, deberá ser alguien que haya pasado la prueba de las urnas.
Cabe destacar que en el caso del actual senador Américo Villarreal Anaya es su primera vez en una jornada electoral y se benefició de la ola provocada por AMLO. Rodolfo González Valderrama es un tipo con posgrado, ha mostrado eficiencia administrativa, sin embargo, carece de experiencia en elecciones. En el caso de Héctor Garza González (El Guasón) hay mucha gente que no lo toma en serio porque apenas alcanzó cerca de 30 mil votos en toda la entidad que no le alcanzarían ni para la alcaldía de Reynosa. Volviendo con FGN, se niega a hablar de posibles aspiraciones a la gubernatura argumentando que antes hay que cruzar la elección federal intermedia para asegurar mayoría holgada en la cámara de diputados y así garantizar el cumplimiento de los compromisos del nuevo bloque hegemónico nacional.
Sin duda que FGN está convertido en una figura política con la capacidad, presencia, vocación y voluntad para participar en el futuro inmediato de Tamaulipas por lo cual me parece oportuno presentar aquí una breve síntesis de una magnífica entrevista que le hizo recientemente la periodista Cristina Gómez para el periódico Milenio. “Apasionado de la política, amiguero y perfeccionista, así se define Felipe Neri Garza Narváez, (ex) representante de la Secretaría de Gobernación en Tamaulipas. De profesión médico cirujano dentista, el adherente de la 4T tiene una larga trayectoria en el servicio público, al que ingresó desde los 15 años para tener la posibilidad de estudiar. Tres veces diputado local, presidente de la Junta de Coordinación Política en la LX Legislatura, vocero de la UAT y del gobierno estatal, subsecretario de Gobierno y delegado de Profeco, es parte de lo que se lee en su currícula. Tras 45 años en el PRI, en 2017 el victorense se declaró simpatizante del Movimiento de Regeneración Nacional.
– ¿Cómo se define Felipe Garza Narváez? Como una persona echada pa’ delante, luchona, trabajadora, apegada a los principios y valores que guían mi vida; soy esforzado, humano, me considero un hombre libre al que la vida le ha puesto retos, el primero de ellos fue vivir ya que nací casi muerto, traía enredado el cordón umbilical en el cuello. Soy amiguero, solidario, me gusta vivir en paz y con justicia. Creo en el binomio lealtad y eficiencia. – ¿Cuál es su mayor pasión en la vida? La política. – ¿A qué edad sintió el cosquilleo por la política? Me veo en la necesidad de trabajar a los 15 años de edad e ingreso por contrato a la antigua Junta Administrativa de los Servicios de Agua y Drenaje de Tampico (1968), a los 18 me dan mi planta de confianza y por las tardes estudiaba la prepa nocturna en la Matías S Canales; como ya trabajaba tenía la oportunidad de conocer gente y desenvolverme de otra manera, mis compañeros empezaron a considerar mi opinión y me pedían ser su voz. Tenía la aspiración de ser médico pero la carrera tenía horarios muy dispersos y yo tenía que trabajar, me fui a Odontología porque eran horarios más cómodos.
A la mitad de la carrera (1974) me dicen en el trabajo que ya no me podían dar permiso de recorrer una hora mi entrada y pido mi liquidación. En la universidad mis compañeros me pidieron ser su representante de grupo y fui presidente de la sociedad de alumnos en 1973. En 1975 entro a trabajar como director de Prensa y Relaciones Públicas del Centro Universitario de la UAT en Tampico, continúo mi carrera, estaba listo para ejercer la odontología pero el gusanito de la política cada día crecía más, llega 1980 y me voy a Victoria. Comenzaba la campaña de Emilio Martínez Manautou para gobernador de Tamaulipas y ahí conocí a un contador que era el director del Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales del PRI, Jaime Villarreal Elizondo, se gana la elección y el 5 de febrero de 1981 lo nombraron tesorero del estado y me invita a ser su secretario particular. Tres años después el gobernador me manda llamar para decirme que Bruno del Río deja la Secretaría de Gobierno y entraría en su lugar Joaquín Contreras Cantú (+) entonces coordinador de Comunicación Social y me ofrece tomar su cargo.
Yo tenía 32 años y llegué a ser el más joven con esa responsabilidad en todo el país; una vez me tocó hablar en Los Pinos a nombre de todos los titulares de Comunicación Social de los gobiernos estatales y al presidente Miguel de La Madrid, presente en el evento, le sorprendió mi juventud para el cargo. – ¿A qué jugaba usted durante su infancia? A las canicas, al yoyo, al balero, hacíamos papalotes, jugábamos al burro, al futbol en la calle; tuve una infancia muy bonita, muy feliz con mi familia, amigos y mis entrañables vecinos. No había televisión y teníamos que ayudar en casa para tener el derecho de salir a jugar. – ¿Cuál es su personaje de la historia favorito? Don Benito Juárez García, yo oía con qué emoción y reconocimiento hablaban mis maestros de él y todo lo que logró, era el gran ejemplo y me encantó siempre su filosofía, su forma de ver el servicio público y de ver el país. Hubiera sido un gozo sentarme a platicar con él.
¿Qué es lo que más disfruta fuera de su faceta de servidor público o político? Charlar, convivir con mi familia y mis amistades, además tengo un ranchito cerquita de Victoria, me gusta ir, caminar y estar entre las vacas, ver los becerritos. – ¿Practica o es aficionado a algún deporte? Ya pasé por eso, tengo 68 años; camino y nado cuando puedo, pero jugué de todo, futbol, voleibol y básquetbol en el Parque Méndez de Tampico y béisbol en el Alijadores, me tocó cuando pasaba el tren a mitad del partido. También jugué golf y me gustaba montar a caballo, pero hace poco lo dejé de hacer por indicaciones familiares. – ¿Baila? Me gusta el huapango norteño, es más movido, más taconeable; de niño oía una polka y me ponía a bailar, y ya de joven me gustaba el rock and roll, el twist, la época de Enrique Guzmán y Angélica María aunque nos llevaban unos diez años, pero bailo de todo. – Si no hubiera sido político ¿a qué se hubiera dedicado? A mi profesión, que respeto mucho y requiere mucha comunicación y contacto con el paciente, mucha habilidad y destreza, porque la boca de un paciente es un espacio reducido y complicado, hay que actuar con delicadeza, hacer muy bien las cosas”.
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