Por: Zaira Rosas
Chiapas es uno de los puntos con más color en nuestro país, sus recursos naturales son un gran atractivo nacional e internacional y sin embargo es también de los estados más pobres, en la mayoría de sus calles se puede ver un duro contraste entre el turismo con suficientes recursos económicos y su población indígena que clama por la venta de sus artesanías e incluso una limosna.
En Chiapas prevalece el verde de la Selva Lacandona, el amarillo de sus piedras preciosas, lo colorido de sus bordados y tejidos, pero también el rojo de la explotación y la sangre derramada durante años intensos de conflicto. En ese mismo contexto está también el color de miles de migrantes que añorando mejores oportunidades, encuentran en el Estado un punto de paso, una ilusión de llegar a un mejor destino.
El pasado jueves más de 150 migrantes, hacinados en un contenedor sufrieron un terrible accidente automovilístico, el tráiler en el que viajaban en condiciones infrahumanas se impactó contra un muro, provocando que la caja se desprendiera y girara sobre el asfalto, dejando un saldo de 55 fallecidos y 73 lesionados. En tanto que los 24 ilesos sólo pueden describir la tragedia, cómo la ubicación dentro del tráiler fue elemental para sobrevivir al impacto y la situación de asfixia que vivieron gran parte de sus compañeros.
Lo anterior es un suceso que por desgracia no es la primera vez que se presenta, en esta ocasión fue el impacto automovilístico lo que además de la tragedia dejó al descubierto un negocio lleno de corrupción y maltrato a los derechos humanos. La migración ilegal es una problemática constante que afecta a América Latina, tan sólo en este camión había personas provenientes de Guatemala, Honduras, Ecuador, República Dominicana y México. Su intención era llegar a Estados Unidos, con la ilusión de una oportunidad laboral que les brinde mejor vida a ellos y sus familias.
Llegar a otro país no es cosa fácil. El camión que los transportaba pertenecía a una empresa de Veracruz, según el reporte de la fiscalía. A lo que la empresa Zeta Transportes S.A. de C.V. declaró que no pertenecía a su flotilla, contradiciendo la información oficial. Una realidad del tráfico de personas es que gran parte de los camiones utilizados son clonados para burlar los filtros de seguridad e incluso robados.
En esta ocasión los pasajeros habían pagado hasta 60,000 pesos sólo para garantizar su traslado a Puebla o Tamaulipas, donde después se encontrarían con otras personas que les ayudarían a cruzar la frontera. El cruce de frontera tampoco es algo barato y mucho menos seguro, hay quienes lo intentan en repetidas ocasiones y llegan a perder la vida en esos intentos.
La edad tampoco es una limitante, pues, aunque los hombres son quienes intentan trasladarse con mayor frecuencia, también lo hacen mujeres y niños, quienes por desgracia también forman parte de las estadísticas de decesos. En Estados Unidos más de 11 millones de personas provienen de otros países, de ahí la urgencia de que se apruebe cuanto antes una reforma migratoria, sin embargo, han pasado más de 35 años sin que exista una. La migración es un asunto complejo que requiere el diálogo constante entre las naciones, porque para frenarla son necesarias mejores oportunidades laborales, pero también condiciones óptimas de vida que garanticen mejores servicios de seguridad, salud y educación.
Mientras tanto las autoridades en México tienen la obligación de hacer una investigación profunda, pues no es el primer camión detectado con migrantes y muchos de estos llegan a su destino pese a pasar más de un filtro de seguridad. Detrás de este negocio hay figuras de mucho poder, bajo el amparo corrupto de personajes en el gobierno que llegan a ser financiados hasta por el mismo narcotráfico. Por ello nuestro gobierno debe mantener su postura solicitando respeto a los mexicanos en otro país, pero también ha de responder sobre las acciones que fomentan el tráfico de personas dentro de nuestra nación. zairosas.22@gmail.com