Zaira Rosas
Hoy no llegué al trabajo, no tuve tiempo de avisar sobre mi ausencia, tampoco pude decirle adiós a mis padres, no he contestado llamadas ni mensajes, dejé un libro en su cuarto capítulo, tres series empezadas y quizás algunas cosas sobre la cama que tenía planeado ordenar al volver, pero no tuve oportunidad de hacerlo.
¿Cuántas horas tardarán en notar mi ausencia? ¿Quién llamará primero?, quizás alguien del trabajo mande un mensaje o llame a mi teléfono para preguntar si todo está bien pero no habrá respuesta, después de varios intentos de mis amigas es seguro que alguna llamará pronto a la casa pues nunca me desaparezco por largos periodos, ¿pero cuánto es el tiempo que le tomará a cada miembro de mi circulo sentir preocupación? Con certeza sé que no pasarán más de 24 horas para que mis padres comiencen a buscarme, ¿a quién llamarán primero?, después de corroborar que no estoy con ninguno de mis conocidos y comprobar que tampoco llegué al trabajo acudirán a la autoridades.
Les dirán que deben esperar más tiempo, que seguramente me fui de fiesta, algunas personas comenzarán a burlarse diciendo que me fui con el novio, quizás encuentren algún cuerpo que corresponda a mis características, mujer joven, cabello largo, sin tatuajes, de complexión delgada. Alguien llamará para pedirles que identifiquen el cuerpo. El miedo, la angustia y el dolor recorrerán el cuerpo de aquellos que me aman. Una vez identificada verán que no soy yo y regresará a ellos la esperanza.
El cuerpo mutilado fue encontrado a orillas de un terreno baldío, envuelto en una bolsa de plástico de esas que utilizan para la basura, ahí decidieron deshacerse de los pedazos de lo que solía ser una mujer, tenía 16 años, estaba embarazada. Llegarán así las llamadas a mis padres, a otros padres, a otras personas, pidiendo que identifiquen otros cuerpos, algunos ni siquiera se podrán reconocer, otros requerirán de pruebas de ADN, e infinidad más siguen perdidos, pertenecen a personas que nunca buscaron o que nadie supo identificar.
Después de cierto tiempo mi búsqueda solo será significativa para un círculo más cerrado, es probable que con tal de cerrar el caso alguien diga que estaba involucrada en algo turbio, si es que me encuentran y descubren que fui violada, ¿realmente importará cómo iba vestida?
Alguien me miró lascivamente mientras caminaba al trabajo, no le di importancia, pasa todos los días, pero después comenzó a seguirme y no tuve forma de defenderme. Luché, enterré las uñas, pero la fuerza fue mayor, no pude defenderme. A quienes me buscan les dirán que fue mi culpa, que esas no eran horas, que una mujer no debe caminar sola, ¿Ustedes qué van a pensar?
Hoy tengo la suerte de que la anterior no sea mi historia, pero es la de miles más, algunas mueren a manos de extraños pero más del 50% murió a manos de su pareja sentimental. Hoy tuve que leer sobre desapariciones simuladas de todos mis contactos, hice el ejercicio de buscar “mi nombre + hallada” y hay notas que describen muertes en distintos países. Hoy estoy en casa pero tengo miedo de salir. Tengo miedo de que mañana pueda ser yo, de que alguien me trunque los sueños como lo hicieron ya con muchas, de no haber dicho a la gente que quiero cuánto los amo. Tengo miedo de un día no poder volver.
“Que el privilegio no te nuble la empatía” leí en las cartulinas de la marcha del 8M, es imposible no sentir empatía ante una situación que no distingue. Cualquier mujer está expuesta, algunas más que otras, pero por todas las que ya no están tenemos la responsabilidad de vencer el miedo, porque el día que no vuelva yo o no vuelvas tú, el mundo entero se movilice hasta encontrarnos, que si nos perdemos sea realmente por gozar la vida y no porque nos privaron de ella. Hoy la ausencia fue simulación solidaria, pero mañana puede ser real si no cambiamos concepciones básicas en el entorno. ¡Nos queremos vivas!