Por Helí Herrera Hernández.
*El estado de Nuevo León solo había sido gobernado por el PRI y el PAN.
Es cierto que Jaime Rodríguez Calderón gano la elección como candidato independiente en 2015, pero lo hizo solo cuando su partido, el Revolucionario Institucional, no lo saco como suyo, y entonces, compitió de manera apartidista, pero ya como ejecutivo estatal, se alió con los legisladores y legisladoras de esos dos partidos para seguir con la misma tónica de utilizar el poder público para hacer negocios particulares.
Los dirigentes estatales de esos dos partidos junto con el bronco (Jaime Rodríguez Calderón), son inmensamente ricos, dueños de edificios de oficinas de lujo, gigantescas bodegas, magnas residencias, restaurantes y tiendas departamentales.
Han sabido sacar provecho de los cargos públicos que han obtenido en ese norteño estado, principalmente de la gubernatura, para amasar generosas fortunas.
Por eso, cuando Samuel García Sepúlveda, senador de Movimiento Ciudadano pide licencia a la Cámara Alta del Congreso de la Unión, para competir por su partido para la gubernatura de Nuevo León, manifiesta a sus paisanos que de triunfar realizará un gobierno honesto, diametralmente distinto a los que han tenido, y que sus acciones beneficiarán a la sociedad que menos tiene en esa entidad federativa.
Su campaña se finco en mostrarle a la sociedad neolonesa cual corruptos eran los dirigentes de esos dos partidos; como se han enriquecido desde el poder publico, y así, partiendo en las encuestas que se levantaban al inicio de la campaña, que le daban a Samuel un 8% de las preferencias, gana al final la gubernatura con 36.6 por ciento, 700 mil 352 votos, derrotando al priísta Adrián Emilio de la Garza (expresidente municipal de Monterrey), que solo alcanzo el 27.9%, y se convierte, a partir del 4 de octubre de 2021, en gobernador constitucional de Nuevo León, pero con un congreso dominado por priistas y panistas que, como no les ha permitido seguir manejando a su libre albedrio los presupuestos de los ayuntamientos, mas canonjías (chantajes, diría Andrés Manuel López Obrador), que le exigían a Samuel, se han dedicado a imponerle personajes corruptos, mafiosos, en la fiscalía y en los organismos autónomos de Nuevo León, y ahora, tramitando en el congreso local un juicio político para quitarlo del cargo.
A estas acciones de esta banda de mafiosos, con charolas de dirigentes estatales, diputados y diputadas locales del PRI y del PAN de Nuevo León, se han sumado >se estaba tardando< el jefe de la cosa nostra Alito Moreno y su llaverito Marko Cortes, quienes exigen la cabeza política de Samuel, porque estimado lector-radio-escucha, ya sabe usted que desde hace meses, el adversario político o enemigo de estos dos dirigentes nacionales PRIANistas no es MORENA, sino Movimiento Ciudadano, pidiendo la destitución del gobernador constitucional, y así tener, de nueva cuenta en ese estado, el poder y el dinero del gobierno par seguir enriqueciéndose, como cuando ellos eran amos y dueños.
No les ha gustado que Samuel este trayendo empleos bien remunerados, que haya logrado que se instale TESLA, que le este dando un fuerte impulso a la movilidad con trasporte mas eficiente (metro y nuevos camiones), que este surtiendo con medicinas y tratamientos a todos los y las enfermas con cáncer, en fin, que este administrando con pulcritud y honradez los dineros públicos en beneficio de los neoloneses.
Así actúan las mafias cuando les afectan sus intereses y prebendas económicas. Con rabia, aprovechándose de los recovecos jurídicos que tengan para buscar descarrillar un gobierno legítimamente electo, pero se toparán con la mayoría de hombres, mujeres y niños que saldrán a las calles, a las plazas publicas de ser necesario, a defender lo que conquistaron en las urnas, y a un gobierno eficiente, popular y honesto.
¡El pueblo se cansa de los tranzas!