*Entre los acuerdos destacan el incremento de la comunicación interinstitucional y de los centros de seguridad e inteligencia, la localización de objetivos prioritarios, acciones de alerta temprana.
Nuevo Laredo, Tam.- Los gobernadores de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, acompañados por mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina y Guardia Nacional, sostuvieron hoy una reunión de trabajo regional en materia de Seguridad Pública en la que acordaron fortalecer las estrategias conjuntas para garantizar la paz y tranquilidad de las familias de la región noreste del país.
Francisco García Cabeza de Vaca, Jaime Rodríguez Calderón y Miguel Riquelme Solís, respectivamente, acordaron incrementar la comunicación interinstitucional, la localización de objetivos prioritarios, acciones de alerta temprana, despliegue coordinado de acciones y mejorar los vínculos de los C-4 y C-5 con que cuentan las tres entidades.
«Vamos a orientar los trabajos de información e inteligencia, desarrollar esquemas operativos de seguridad regional, incrementar la eficiencia operativa regional, mejorar las estrategias y procesos operativos; evaluar nuestros resultados e identificar vulnerabilidades sociales», dio a conocer en conferencia de prensa el Gobernador de Tamaulipas.
También acordaron celebrar reuniones periódicas, quincenal o mensualmente, entre los mandos de las Fuerzas de Seguridad de Tamaulipas, Nuevo León Y Coahuila, promover la participación ciudadana y continuar conteniendo la delincuencia, particularmente el delito de privación ilegal de la libertad.
En gira de trabajo en Nuevo Laredo, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca realizó un recorrido por la Unidad Operativa de Hospitalización COVID-19, instalada por la Secretaría de la Defensa Nacional en el 16/o Regimiento de Caballería Motorizada.
La unidad cuenta con capacidad para 24 pacientes cuya sintomatología sea leve o moderada. En ella laboran 10 médicos, 8 enfermeras, 3 capturistas, 4 afanadores, 2 médicos militares y 4 oficiales de sanidad.
Estará disponible para la población en general, sólo en caso de que la capacidad del Hospital General de Nuevo Laredo, designado para la atención de pacientes COVID-19, rebase 80 por ciento.