Por Helí Herrera Hernández.
Frente al desplome que viven los partidos de la Revolución Democrática, Acción Nacional, el Revolucionario Institucional y su candidata Xóchitl Gálvez, cabe la frase popular: ¡no eres tú, soy yo!
Llevamos por lo menos tres semanas de observar una caída en las simpatías ciudadanas por la senadora hidalguense, atribuidas a la falta de un programa de gobierno, de discurso político, de presentación de causas, pero principalmente al desprestigio de los partidos políticos que la postulan, que son, de acuerdo al clamor popular y varias encuestas, por los que nunca votarían los mexicanos.
Los balances negativos de esos tres institutos políticos (el PRI tiene el mayor, con 66 puntos porcentuales de rechazo popular), son los que arrastran a su candidata a una caída libre, que sin importar la casa encuestadora, es de suyo preocupante.
Haciendo un lado tales mediciones, para no hacerle el caldo gordo a los morenistas, baste con charlar uno en el café, en la oficina, en la escuela, en el parque, en el camión, al salir de misa, en las reuniones familiares o donde usted me diga, y la conversación lleva, irremediablemente, a los comentarios de que Xóchitl Gálvez ya no significa ningún peligro para Claudia Sheinbaum, que su campaña no prendió, que la dejaron sola los dirigentes nacionales del PRI-AN-RD desde hace mucho, que se anda defendiendo como puede de los ataques de López Obrador, pero que carece de propuesta de gobierno, de oferta electoral, de agallas para contraatacar a su contraparte, que anda por las mismas, pero que la salva la maquinaria oficial y oficiosa, y el dinero público que desde la presidencia de la república le inyectan, así como todos los gobernadores de MORENA.
Xóchitl fue un globo con gas, que aprovechando las facilidades que dan las autoridades electorales de violar la ley, subió momentáneamente en las preferencias de la sociedad, en las ansias que ésta tiene de derrotar al nuevo PRI (MORENA), y acepto ser la candidata de tres partidos hartamente desprestigiados, que más temprano que tarde, en lugar de impulsarla, fueron su propia ancla y la están conduciendo a una derrota anticipada, precipitada y dolorosa para una mujer que peco de inocente (lo digo por no valorar lo que para México significa el PRI_AN, que ya tuvieron el poder en sus manos, y nada hicieron por solucionar los problemas fundamentales del pueblo).
No se inician las precampañas presidenciales legales, y Xóchitl ya tiene un rechazo social del 42%, contra un 12% de Claudia Sheinbaum y solo 10% de Samuel García. A ese paso, para el 2 de junio, lo digo con mucha humildad, pero objetivamente, la senadora quedaría en tercer lugar de las preferencias electorales, solo por arriba del candidato independiente Eduardo Verastegui, si este consigue reunir los requisitos para poder participar, con el apoyo del Ricardo Salinas Pliego.
La derrota 24 se les acerca a los Alitos-Markos-Chuchos en menos de 4 años.