Por: Zaira Rosas
Si tuvieras que describir a una persona líder, ¿qué palabras utilizarías? Seguramente competente y analítico te parezcan mejores cualidades que compasivo y entusiasta. De acuerdo a un análisis de Harvard, las personas suelen atribuir distintas cualidades a sus superiores dependiendo del género. Evaluaron a diversas figuras de liderazgo cuyo desempeño era similar, sin embargo los calificativos de los hombres eran más positivos que los de las mujeres. Además, aún los atributos positivos podían afectar la percepción de alguien ajeno, pues si se tuviera que decidir entre alguien analítico y alguien cuya mayor característica es ser compasivo, ¿Cuál crees que sería la decisión final?.
El lenguaje determina, pero también limita a muchas personas en su realidad. A lo largo de la historia hemos visto como la desigualdad se hace presente no sólo través del género, sino de la edad y otras oportunidades que con el transcurso de los años van siendo negadas. Se supone que nuestra legislación hace posible que todos tengamos las mismas oportunidades, pero lo cierto es que la situación en la que nos desarrollamos si puede ser determinante para nuestro futuro.
Conforme pasan los años hay otros factores como la edad, las decisiones de vida, el tener una familia y hasta el color de piel, pueden hacer que la calidad de vida que añoramos disminuya. Suena ilógico que en pleno siglo XXI aún las oportunidades sean mayores para quien tiene la piel clara, pero lo cierto es que ocurre. También es cierto que alguien con una mejor percepción física tenga más probabilidades de triunfar que quien no las tenga. ¿Por qué ocurre esto? Porque con el transcurso de la historia hemos permitido que se perpetúen infinidad de estructuras de poder sin cuestionarlas.
Nos acostumbramos a que quienes estaban al frente de ciertos mandos tomaran las decisiones, durante años aceptamos roles de género sin siquiera cuestionar si eran cómodos para nuestro desarrollo. Esta falta de cuestionamiento aparece conforme la complejidad de nuestras elecciones se incrementa, en ocasiones nos dejamos someter por otros, porque en algún punto nos enseñaron que era lo correcto, aún si nuestras decisiones no eran cómodas, preferimos obedecer para no perder otros lugares.
¿Por qué hemos de cuestionar lo que ha ocurrido durante años? Porque cuando no hacemos preguntas, nos perdemos la diversidad de respuestas, olvidamos que existen múltiples caminos para llegar a las metas que añoramos, dejamos que continúen estructuras que quizás en su momento permitieron el desarrollo de las naciones pero se lograron a costa del sufrimiento de otros.
Una de las luchas más representativas de la actualidad es la igualdad y la inclusión, y hemos de cuestionar si nuestras estructuras son vigentes y funcionales para la sociedad actual, porque aunque hemos avanzado en el ámbito legal, la realidad es que aún persisten modelos de desigualdad en los que los que menos tienen son la base para el crecimiento de otros.
Lo anterior ocurre por la falta información, misma que produce que masas de gente sigan órdenes o patrones de comportamiento sin cuestionarlos, tal como lo decía Emiliano Zapata: “La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía”. Esta ignorancia es la que permitió que se posicionaran dictaduras en las que sin duda el crecimiento nacional fue mayor, pero a costa del sufrimiento y opresión de pueblos indígenas. Esa misma falta de información hace que las mujeres callen cuando son víctimas de abuso, porque debido a los comentarios y formación recibida llegan a pensar que quizás fue su culpa. Esa ignorancia nos hace creer que no pasa nada cuando el lenguaje no es incluyente, pues al final del día son solo palabras.
Pero se nos olvida que con palabras se ha transformado el mundo, que las palabras construyen discursos, algunos dieron paso a la igualdad racial como decir “Yo tengo un sueño” pero otros impusieron una fe ciega en sus líderes y dieron pie a la represión religiosa. ¿Cómo sabemos entonces cuando algo está mal? Si al final del día grandes atrocidades en la historia se hicieron bajo la legalidad. Partamos en nuestro actuar desde el autocuidado y el respeto, que nuestras decisiones y acciones no se metan con las libertades de otros y siempre cuestionemos ¿qué consecuencias tiene lo que estoy haciendo o decidiendo?.
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