Por: Zaira Rosas
Todos estamos en un proceso de aprendizaje derivado de la contingencia sanitaria que enfrenta el mundo. La educación es una de las principales preocupaciones a nivel global, de esta depende el desarrollo de naciones y la disminución de la desigualdad, sin embargo, en plena pandemia es la desigualdad la causante del rezago y deserción educativa que los países están por enfrentar.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, alrededor de 24 millones de estudiantes en el mundo van a desertar a sus distintos niveles educativos. Esto afecta el desarrollo de los países pues no se están alcanzando las habilidades esperadas, a lo anterior deberíamos sumar el desequilibrio emocional y el cambio de dinámicas en los hogares. En México se calcula que 1.4 millones de estudiantes no continuará con sus estudios. Paradójicamente no lo harán por la necesidad económica y la falta de conocimientos hará aún más drástica la falta de oportunidades y mejores empleos.
La educación es un derecho, por ende, desde la Secretaría de Educación Pública se han buscado todo tipo de estrategias que garanticen el acceso a información de niños y jóvenes. Al respecto se presentan opiniones diversas sobre si es o no la mejor opción, pues “Aprende en casa” brinda información, más no garantiza la apropiación de conocimientos. Por otra parte, considerando las estadísticas sí era la forma más oportuna de dar continuidad al plan de estudios. En el 92.5% de los hogares de nuestro país hay al menos un televisor, en tanto que sólo el 56.4% cuenta con servicios de internet.
Si bien la televisión sigue siendo el medio de mayor alcance en México, esto no garantiza que sea el medio más efectivo y se está dejando de lado la figura de los docentes, quienes de manera directa suelen hacer adecuaciones pedagógicas que corresponden al contexto de cada uno de los alumnos. Aunque gran parte de ellos busca tener contacto con su comunidad escolar, la distancia no les permite evaluar de forma objetiva la apropiación de datos.
En reiteradas ocasiones el secretario de educación Esteban Moctezuma declaró que el programa educativo continuaba, solicitó a los docentes su mayor participación para lograr un equilibrio en el aprendizaje de los estudiantes, reiterando que lo más importante es que nadie se quede atrás. La capacitación a los docentes ha continuado de manera virtual, algunos con entusiasmo, otros aunado a su preparación están también en un proceso de adaptación a las nuevas tecnologías, sin embargo, no hay forma de medir el avance que se menciona.
Mientras aquellos que acuden a una institución pública tienen que adaptarse a una estrategia nacional, quienes tienen la oportunidad de acudir a instituciones privadas llevan un avance real, la mayoría continúa con clases virtuales, evaluaciones y el acompañamiento constante de los docentes. Con lo anterior la desigualdad nuevamente se hace presente, el rezago que presenten estos estudiantes será menor pero aún latente.
Hemos valorado muy poco la importancia que tienen los educadores y quizás los mismos docentes no son conscientes de su valía al frente del desarrollo de nuestra nación. De ellos depende el entusiasmo por el futuro, las elecciones de vida y para los más pequeños son un modelo a seguir. La educación de México requiere de la participación de todos, pensemos que en todo momento somos el ejemplo de alguien más. Busquemos a través de esto establecer hábitos y valores que sumen a un bien común
¿Qué corresponde para combatir todo el rezago en cada rubro? Primeramente, los gobiernos tendrán que incrementar los presupuestos en lugar de disminuirlos, será inminente un trabajo colaborativo, principalmente con preescolar y primaria pues los niños aún no son autogestivos y requieren de un acompañamiento constante.
Una vez establecido el regreso a clases de manera presencial todos tenemos un compromiso inmenso, los docentes tendrán que ser más empáticos y poner especial atención en aquellos que presenten mayor rezago. Mientras tanto para quienes se mantienen en el hogar se puede facilitar el aprendizaje con los siguientes consejos: el tiempo de estudio debe ser dinámico y atractivo, establezcan rutinas y espacios para llevarlo a cabo, enfoquen la atención en aquello que cueste más, cuiden la salud emocional del entorno.
Tal como dijo el Secretario General de las Naciones Unidas: “Ahora que el mundo enfrenta niveles insostenibles de desigualdad, necesitamos la educación —el gran igualador— más que nunca. Debemos tomar medidas audaces ahora, a fin de crear sistemas educativos de calidad, inclusivos y resilientes, adecuados para el futuro”. Sumemos esfuerzos y ayudemos a que las generaciones del futuro sean capaces de tomar mejores decisiones que los líderes de nuestro presente.
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